Tarazona es, sin lugar a dudas, uno de los municipios más bellos de toda la provincia de Zaragoza. Esto se debe, fundamentalmente, a la perfecta mezcla de naturaleza e historia que en él se produce. Y es que es atravesado de extremo a extremo por el río Queiles y, además, ha sido un enclave estratégico fundamental por su privilegiada ubicación durante más de 1500 años. Así que, si quieres planear una escapada de fin de semana con tus amigos, esta localidad te brinda todo lo que puedes necesitar para pasarlo en grande. Aquí vamos a contarte todo lo que debes hacer.

Viernes por la tarde-noche

Siempre que no llegues en coche, a Tarazona deberéis llegar mediante el tren que para en el municipio de Tudela y, posteriormente, tomando un taxi. La distancia que separa ambas localidades es de solo 15 minutos. Una vez que estéis en el hotel y hayáis soltado las maletas, podéis aprovechar para ir a cenar mientras dais un breve paseo por la ciudad.

No cabe duda de que la mejor opción para disfrutar de una excelente cena es el restaurante Saboya 21, el cual se encuentra junto al río Queiles y que ofrece unas vistas esplendorosas. En él podrás disfrutar de las mejores delicias culinarias de la región acompañadas de un excelente vino blanco o tinto procedente de la tierra.

Cuando acabéis, con el propósito de bajar la cena y, de paso, echaros unas risas y tener un buen rato de diversión, acercaos hasta la Plaza de Toros Vieja, en la cual es frecuente que haya actividades culturales como, por ejemplo, conciertos en directo. Además, allí hay un buen número de bares. El bar Goya es uno de los más conocidos de la zona.

Si queréis aprovechar para hacer turismo el sábado, no os acostéis muy tarde. Es posible que os cueste, pero este municipio tiene tanto que ver que lo agradeceréis al día siguiente.

Sábado por la mañana

Una vez que os hayáis levantado y recarguéis las pilas con un buen desayuno, llega el momento de hacer un poco de turismo por Tarazona. En este sentido, empezad visitando la Plaza de España para, posteriormente, echar un vistazo al ayuntamiento, al barrio de la judería, al monumento del Cipotegato, al Palacio Episcopal y a la Torre de la Magdalena. Asimismo, si os sobra tiempo antes de que el hambre apriete, visitad también el claustro de San Francisco y el Palacio de Eguarás. Puede pareceros mucho, pero todo está bastante cerca.

Respecto al almuerzo, el restaurante Brujas de Bécquer es una estupenda opción. Y es que, en él, podréis disfrutar de exquisitas recetas típicas de la gastronomía sefardí. Sin duda, se trata de una opción difícil de encontrar en cualquier otro lugar de Zaragoza.

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Sábado por la tarde-noche

Una vez que hayáis almorzado, aprovechad la tarde para visitar la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta de Tarazona, la cual acaba de ser abierta al público tras un período de restauración que ha durado 30 años y que ha mantenido sus puertas cerradas. Esta visita puede llevaros 2 o 3 horas, por lo que, cuando acabéis, dirigíos al hotel, descansad un poco y preparaos para la cena y lo que venga después.

La Merced de la Concordia es un lugar fantástico para cenar. Después, si os gustan los ‘gin-tonics’, acercaos al Café Teatro del centro. Cuando lo acabéis, os daréis cuenta de que Tarazona tiene mucha más vida nocturna de lo que imaginábais. Así que salid y explorad antes de volver al hotel.

Domingo por la mañana

Antes de volver a casa, aprovechad el domingo por la mañana para visitar el Parque Natural del Moncayo. Sin duda, se trata de la mejor forma de poner el colofón a un fin de semana mágico.